Siempre que haya caído algún rayo en nuestro sistema se debe avisar a un instalador autorizado.
En las instalaciones de protección contra el rayo, las reparaciones necesarias deberán procesarse con la máxima urgencia, ya que un funcionamiento deficiente representa un riesgo elevado.
El usuario en estos casos deberá limitarse, dentro de sus escasas posibilidades, a la detección visual de aquellos aspectos que evidencian anomalías de los elementos visibles del conjunto, como corrosiones, desprendimientos o cortes. La consecuencia de estos hechos, al igual que el haber caído algún rayo en el sistema, supone la llamada a un instalador autorizado.
Siempre que se revisen las instalaciones, se repararán los defectos encontrados y, en caso de que sea necesario, se repondrán las piezas que lo precisen.
Después de cada descarga eléctrica deberá realizarse una inspección general del sistema, con especial atención a su conservación frente a la corrosión, firmeza de las sujeciones y comprobación de la continuidad eléctrica de la red conductora y su conexión a tierra.
PROHIBICIONES
En situaciones de tormenta no se estará próximo al conductor que une el pararrayos con la red de tierra.
MANTENIMIENTO
POR EL PROFESIONAL CUALIFICADO
Cada año:
Comprobación de:
El cabezal del pararrayos.
El amarre y la posible oxidación del mástil.
El amarre, los conectores y el tubo de protección del cable conductor.
El amarre y los conectores de la toma de tierra.
La resistencia de la toma de tierra no debe sobrepasar 10 ohm.
Que ningún elemento nuevo ha variado las condiciones del estudio de instalación del pararrayos original en cuanto a su área de cobertura.