Se evitará verter aguas sobre el revestimiento, especialmente si están sucias o arrastran tierras o impurezas.
Se alertará de posibles filtraciones desde las redes de suministro o evacuación de agua.
Se evitarán golpes y rozaduras con elementos punzantes o pesados que puedan romper el revestimiento exterior.
Se evitará el fundido sobre el revestimiento exterior de productos cáusticos y de agua procedente de jardineras.
PRESCRIPCIONES
Si se observa alguna anomalía en el revestimiento no imputable al uso, como falta de adherencia, porosidad importante, presencia de fisuras, manchas o humedades capilares, con riesgo de desprendimiento, se levantará la superficie afectada y se estudiará la causa por un técnico competente, que dictaminará su importancia y, en su caso, las reparaciones que deban efectuarse.
La apertura de rozas deberá realizarse con un estudio previo de un técnico competente.
Antes de proceder a la limpieza deberá realizarse un reconocimiento, por un técnico competente, del estado de los materiales y de la adecuación del método a emplear.
Deberá utilizarse, en el caso de repintado, pinturas compatibles.
En el caso de aparición de grietas, se consultará con un técnico competente.
Las manchas ocasionales y pintadas deberán eliminarse mediante procedimientos adecuados al tipo de sustancia implicada.
PROHIBICIONES
No se admitirá la sujeción de elementos pesados en el espesor del revestimiento, debiendo sujetarse en el soporte o elemento resistente. Para ello, se emplearán los accesorios de fijación recomendados por el fabricante.
No se fijarán ni se colgarán objetos sin seguir las indicaciones del fabricante según el peso.
No se permitirá la limpieza o contacto del revestimiento con productos químicos o cáusticos capaces de alterar las condiciones del mismo.
MANTENIMIENTO
POR EL USUARIO
Cada 3 años:
Inspección visual para detectar:
Posible aparición y desarrollo de grietas y fisuras, así como desplomes u otras deformaciones.
Posible aparición de humedades y manchas diversas.
POR EL PROFESIONAL CUALIFICADO
Cada 5 años:
Limpieza del revestimiento con agua jabonosa o detergentes neutros y posteriormente lavado con agua a presión.
Revisión de las juntas de estanqueidad y elementos de sellado, sustituyéndolos en caso de pérdida de estanqueidad.